Todo empezó un 18 de noviembre de 2012 sentada en una sala del Politécnico junto a 500 personas, libreta en mano, esperando recibir una clase teórica –que no resultó ser teórica sino experiencial– sobre cómo se lograba ser feliz, lo que yo tanto necesitaba.
No obstante, el primer contacto fue jodido. No había hecho más que empezar el seminario cuando el gurú nos dijo que apuntáramos cuales eran nuestros sueños. De repente vi a todo el mundo como un loco escribiendo sus objetivos, mi hermana concentradísima y yo…, en shock. ¿Sueños? ¿Qué sueños?
Todos estuvieron cabeza abajo durante lo que para mí fue una eternidad, menos un chico sentado en mitad de la platea central que lloraba directamente y yo que apretaba los dientes como hacía siempre, fuerte muy fuerte, luchando contra esa tensión al fondo de mi garganta para no llorar –lo que ocurría frecuentemente cuando algo tocaba en la llaga–. Pese a lo incómodo decidí que lo mejor que podía hacer era seguir allí valientemente y escuchar para aprender, lo necesitaba.
Supongo que cuando el discípulo está preparado aparece el maestro, y así fue. Yo ya había leído cientos de libros de autoayuda, asistido a cursos, a psicólogos y mil cosas más, pero esta vez fue distinta. Esta vez el mensaje caló bien adentro y por primera vez la inspiración fue tan grande que se hizo acción, produciendo frutos tan maravillosos que todavía me asombro.
¿El maestro perfecto, el mensaje correcto, en el momento oportuno? Quizás…Lo que sí sé seguro es que allí se hablaba el idioma de mi alma, en ese grado justo que me hacía conectar tanto tanto que las revelaciones entraban en mí como un cohete. Y así fue como esta experiencia me transformó y produjo en especial lo que yo llamo tres pequeños milagros invisibles que pasado un tiempo se convirtieron en grandes resultados palpables.
Aunque lo que voy a decir pueda parecer de Perogrullo, en mi caso no lo fue. Desata me ayudó a cambiar del tirónuna creencia muy profunda en mí: envejecer y asumir responsabilidades de adulto desembocaba inevitablemente en un aburrido porvenir.
Ya había leído muchas veces sobre la importancia de conocerse, jugar y ser uno mismo, pero lo chulo de verdad fue que lo aprendí directamente del ejemplo. Fue vivir y presenciar como un gurú divertido y alocado que bailaba Michael Jackson –dejando salir a su niño interior auténtico en completa libertad incluso frente a una gran audiencia—, sin perder ni un ápice de prestigio lo que marcó la diferencia. Así fue como aprendí de corazón que divertirse a lo grande y ser uno mismo no reducía mis capacidades ni era una pérdida de tiempo, sino todo lo contrario. Atrás quedó mi visión de que era necesario guardar la compostura para ser una adulta respetable. Salí sabiendo que divertirse no era necesario, era imprescindible y que era lo que yo iba a hacer a partir de ahora.
Vino de la mano de la gente que conocí cuando me hice socia de Desata. Por fin había dado con una tribu que compartía y entendía mi pasión (y necesidad) por el crecimiento personal, que hablaban mi idioma, compartían mis valores y me hacían sentir en casa. Esto me venía como agua de mayo, porque hasta entonces siempre había habido en mi corazón un ardiente deseo de conectar con los demás que por fin se vio satisfecho.
Para poner la guinda al pastel, casi el primer día de asistir a un curso conocí a la que hoy es una de mis mejores amigas, una de las personas que más admiro y con la que, por primera vez en mi vida, hablo sin ningún tipo de filtro. El milagro de sentirse aceptada, amada y valorada siendo exactamente la persona que eres, tal cual, es un regalo que, considero,fue el premio de salir de la zona de confort, soltar lo que sabes que no es y caminar heroicamente con las manos vacías y la fe llena a buscar ese lugar al que perteneces. Yo pertenezco a Desata.
Y por último,
me parece de lo más inaudito. Poco probable era que aquella funcionaria miedosa y apocada que acudió aquel día al seminario, que solo buscaba del mundo un lugar tranquilo en el que protegerse, sepultada bajo capas y capas de miedo, se convirtiera en una “empresaria”, creadora de un proyecto Endiosadas.es que desnuda su alma por completo. Pero mira por donde que esto también está sucediendo.
Endiosadas nació de lo que podría considerarse que le faltó a Desata. La psicología positiva me ayudó mucho y aún hoy es un pilar fundamental en mi vida y en mi trabajo, pero no fue suficiente para resolver por completo mi malestar. Y no era de extrañar, el mío no era un caso fácil, yo contaba con carencias emocionales profundas y necesité ir más allá para satisfacerlas. De estas investigaciones nació el proyecto de mi vida dedicado a mujeres que como yo desean liberarse de lo que les sobra y alcanzar su mejor versión.
Deseo que compartir mi experiencia contigo te anime a participar en el próximo seminario de Desata tu Potencial . Definitivamente no te lo puedes perder.
Ojalá te ayude tanto a trasformar tu vida como lo hizo conmigo.
DESATA TU POTENCIAL es una asociación sin ánimo de lucro y entidad de voluntariado creada y compuesta por un grupo de personas comprometidas con el desarrollo integral del potencial humano, especialmente de los jóvenes y adolescentes