EL LENGUAJE POSITIVO

Hace muchos años, un compañero me dijo “cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio”, años más tarde descubrí que se trataba de un aforismo de Confucio.

Desde pequeño siempre he considerado el lenguaje como una de las cosas más valiosas que existen en la vida, de hecho, recuerdo que siendo estudiante,  una vez me preguntaron qué era lo que más deseaba en la vida y respondí: el poder de la elocuencia.

Tengo muy claro que un uso adecuado del lenguaje influye directamente sobre la actitud que tomemos ante las circunstancias que nos acontecen en la vida. Soy consciente que quien controla el lenguaje tiene un gran poder que puede servir para motivar, convencer, negociar o manipular. El uso del lenguaje como manipulación se utiliza habitualmente para conseguir y mantener el poder. La muestra la tenemos en todas las personas que se dedican a la política, que suelen utilizar eufemismos para que no se entienda bien lo que están diciendo o para suavizar un poco el tono. También los medios de comunicación utilizan el lenguaje para manipular ya sea porque quieren magnificar una noticia o negativizarla por algún motivo. Ya en su día nos dijo Noam Chomsky que “la manipulación mediática hace más daño que la bomba atómica, porque destruye los cerebros”.

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Lenguaje positivo

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La publicidad es otro de los ámbitos donde la manipulación del lenguaje se hace eco. Para influir en nuestras decisiones de compra, los mercadólogos desarrollan técnicas que a veces implican manipulación o mensajes subliminales que nos convencen para comprar su producto.

Aunque, el lenguaje también se utiliza de manera negativa, yo diría que mayoritariamente lo utilizamos de manera positiva, así, podemos expresar sentimientos hacia nuestros seres queridos o enfatizar un lenguaje positivo para transformar la vida de otras personas. Podemos comunicarnos con millones de seres para llegar a acuerdos o luchar por nuestros derechos mediante la libertad de expresión. También en nuestro lenguaje interno podemos expresarnos de manera positiva o negativa. Ese lenguaje interno negativo viene provocado por pensamientos negativos que limitan nuestro potencial y nos provocan ansiedad. De ahí la importancia de las afirmaciones positivas que hacen que cambie nuestro pensamiento para que cambie nuestra emoción y, como consecuencia, cambiemos la acción y obtengamos mejores resultados. En un estudio en el que participó el filósofo Luis Castellanos, publicado en la revista Plos One, se demostró que el lenguaje positivo te hace ser más creativo y el negativo te hace rumiar y te quita vitalidad.

En cuanto al lenguaje positivo o negativo cuando va dirigido hacia otras personas, quien mejor ha estudiado las correlaciones entre estos dos tipos de lenguaje es el psicólogo chileno Marcial Losada. Losada se dedicó a analizar el tipo de lenguaje que se daba en las empresas para conseguir evaluar si la empresa sería solvente en unos años o por el contrario estaría avocada al fracaso. Para ello lo que hacía era estar presente en sus consejos de administración y anotar la cantidad de expresiones positivas y negativas que allí se hacían. Con lo que pudo determinar lo que se ha llamado la ratio de Losada. Dicha ratio confirma que las empresas que en los próximos años van a ser prósperas tienen una correlación de al menos tres expresiones positivas por cada una negativa, por debajo de esto la empresa estaba al borde de la quiebra o cerraba en pocos años.

Tras este hallazgo, el psicólogo John Gottman realizó el mismo experimento con parejas casadas. Dejaba en una sala a una pareja durante quince minutos y era capaz de determinar si esa pareja estaba consolidada en el amor o se divorciaría antes de cinco años. Aunque determinó que la ratio valorativa que prevalecía en las parejas era de cinco a uno, o sea, por cada expresión negativa tenían que haber cinco positivas para que la pareja perdurara en el tiempo. Las parejas que se expresaban con una proporción de tres a uno, se aguantaban amablemente durante algún tiempo. Las que no llegaban a tal correlación, fracasaban. De aquí la importancia de dirigirnos a las demás personas con un lenguaje lo más positivo posible.

Además de en las empresas y en las parejas, estas correlaciones se dan en otros ámbitos de la vida como la escuela, el trabajo o la familia. Existen estudios que determinan que el lenguaje positivo no solo tiene un impacto beneficioso entre las personas a las que nos dirigimos, sino que también repercute en nuestra forma de percibir la realidad. Y es que existen algunas palabras que deberíamos eliminar de nuestro vocabulario por su toxicidad: odio, imposible, enfado, culpa, fracaso o incompetente y otras que tienen un efecto positivo en quien las recibe y también en quienes las emiten, por ejemplo son palaras que generan sentimientos positivos: gracias, puedo, vamos, oportunidad, esperanza, solución o amor.

Lo ideal sería alimentar siempre nuestro vocabulario con un lenguaje positivo, dirigiéndonos a las personas de nuestro alrededor con palabras amables y positivas de manera que positivemos  o hagamos neutras las expresiones que decimos. Así, ante la pregunta en negativo ¿no tienes tiempo, verdad? podemos decir en tono neutro ¿tienes tiempo? o en positivo ¿a que sí tienes tiempo? parece la misma pregunta pero tiene matices muy diferentes que van a permitir a la otra persona responder de manera distinta.

El lenguaje no es inocente. Nuestra vida será todo lo negativa o positiva como sea el lenguaje que utilicemos. De las palabras que empleemos dependerá nuestra forma de transitar por la  vida, así que vamos a mejorarla cambiando nuestra forma de hablar. Una manera que yo utilizo es pensar que me estoy dirigiendo siempre a niños y niñas para evitar palabras malsonantes o negativas y buscar ser más agradable y generoso.

Para seguir indagando en este tema os recomiendo el libro de Luis Castellanos, pionero en la investigación del lenguaje positivo y su influencia en el cerebro y la mente, Educar en lenguaje positivo: El poder de las palabras habitadas. 

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Gerardo RomeroGerardo Romero Pozo
Miembro de la Junta Directiva de Desata Tu Potencial

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