Hace unos meses tuve el placer de impartir una conferencia sobre el método FASE de productividad que he creado, invitado por DESATA TU POTENCIAL en la facultad de Psicología de Valencia. Una de las partes de la conferencia que provocó mayor reflexión entre los asistentes fue la relacionada con las distintas formas de trabajar que existen. Y por ello me pedía mi gran amigo Gabriel que escribiría un post sobre ello para que los lectores del blog de DTP pudieran autoevaluarse y detectar áreas de mejora o por el contrario, reafirmarse en su forma de trabajar.
Después debemos autoanalizarnos con franqueza nuestra forma de trabajar actual. Con tiempo y observación he podido encontrar los siguientes tipos de personas en cuanto a su forma de trabajo, quizá te sientas identificado en alguno.
Perezosos activos. Son esos que trabajan muchas horas, pero en lo que les apetece o les llega y no en lo que deben. El problema es que no siempre esto coincide con lo que su puesto requiere, y por lo tanto, en muchas ocasiones, no obtienen los resultados esperados. Se estresan y lo pasan mal, pero no hacen nada por remediarlo porque ellos consideran que trabajan mucho, y así es, pero en lo que no deben.
Brillantes sin sistema. Son personas inteligentes pero que trabajan lo justo. Suelen lograr resultados, si bien sin una sistemática de trabajo clara. Su personalidad es algo anárquica, logran los mínimos resultados para evitar problemas y no están dispuestos a tener que modificar su forma de trabajo porque se sienten cómodos. El problema es que teniendo mucho más potencial, nunca sacan lo mejor de sí mismos, es decir, su más alto desempeño. Y esto es una rémora para ellos y para la organización donde trabajan.
Voluntariosos desenfocados. Son muy trabajadores pero sin foco, lo cual supone el problema de que realmente no logran, para las muchas horas que trabajan, los resultados que deberían. Son esos que siempre están antes que nadie y se van los últimos. Algunas veces brillan, otras muchas no, y casi siempre se les ve agobiados. El problema es que este sistema de horarios tan intensos a costa de sus familias, a la larga les lleva a quemarse e incluso a sufrir problemas emocionales serios, porque ese estrés continuo trae premio, pero de los malos.
Pillos holgazanes. Son muy poco trabajadores pero dan los mínimos resultados para salvarse casi siempre. Ellos van a su aire y cuando ven que pueden salir mal en la foto, su pillería les hace salvarse u obtener el mínimo resultado necesario. El problema es que suelen quemar a todo el mundo que tienen alrededor –que los suele acabar odiando– y a la larga tienen problemas con sus jefes, que se hartan de ellos y de sus ‘soluciones último minuto y salvados por la campana’.
Astutos productivos. Estos sí que son una minoría de porcentaje de trabajadores en las organizaciones. Son los de manual de productividad. Tienen muy identificado su 20/80 –ese 20% de temas determinantes para lograr el 80% de los resultados– y están muy focalizados en ello. Además, cuando trabajan, lo hacen con atención plena y sabiendo decir que no y quitándose distracciones. Siempre planifican sus semanas y días con detalle. Son proactivos hasta el punto que si una reunión se atasca lo dicen. Y tienen muy claro que deben estar bien a nivel emocional y físico y por ello se cuidan. Además tienen tiempo para sus familias y hobbies.
Llegados a este punto, nos toca reflexionar sobre cuál es la forma de trabajo más predominante en nuestro día a día, y siempre con honestidad y humildad pues el autoengaño es muy común.
Y ahora te invitamos a que compartas en este blog en qué grupo te has sentido más identificado o es el más predominante en tu día a día.
DESATA TU POTENCIAL es una asociación sin ánimo de lucro y entidad de voluntariado creada y compuesta por un grupo de personas comprometidas con el desarrollo integral del potencial humano, especialmente de los jóvenes y adolescentes