Si hubiéramos tenido la oportunidad de haber preguntado a un paisano del siglo XVIII, qué consideraba más probable y alcanzable, que si la mayoría de las personas fuéramos felices o que si las personas seríamos alguna vez capaces de construir vehículos que nos permitieran volar como pájaros o alcanzar la luna, qué las personas si la mayoría de los personas vivieran una vida plena o que los médicos pudieran conseguir que alguien pudiera vivir con el riñón o el corazón de otra persona, qué creemos que nos hubiera contestado. ¿Alguna duda sobre lo que hubiera contestado el paisano ante nuestro dilema?
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Sin embargo, la consecución de la felicidad es claramente una asignatura pendiente. Investigaciones realizadas por el El European Social Survey (ESS ERIC), (2006/7; 2012/13) concluyó que el nivel de personas que están flourishing, es decir llevando una vida buena, en España es inferior al 20%.
La inquietud por definir felicidad o por identificar lo que es una vida buena, (una vida buena es aquel tipo de vida que le hace bien a quién la vive), es una cuestión que se remonta, como poco, a los clásicos. Para la escuela de pensamiento hedonista, con Epicuro como máximo exponente, una vida buena consiste en tener una buena vida, es decir, por una parte, en disfrutar el mayor tiempo posible de emociones agradables y placenteras, y por otra parte, en la ataraxia o ausencia de turbación, mientras que para la escuela aristotélica, eudaimonia, felicidad en griego, consiste en sentir que tu vida tiene un significado, y que estás viviendo una vida conforme a tu yo verdadero.
Pero, ¿por qué elegir entre hedonistas y eudemónicos? Porqué elegir si además sabemos que existe una altísima correlación entre el bienestar hedónico y el eudemónico. Así, felicidad y significado parecen ir cogidos de la mano.
La psicología positiva, la ciencia de la felicidad, concluye que una vida buena es un constructo, es decir, una edificación construida sobre varios pilares. Metafóricamente, una vida buena es como una casa de campo con diferentes estancias de manera en que cuidar cada estancia y ponerla bonita contribuye el bienestar general de quien allí vive.
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La primera buena noticia es que la ciencia ha identificado cuáles son esos pilares de la felicidad. La segunda buena noticia es que todos podemos construir esa casa llamada vida buena puesto que los pilares que la conforman están al alcance de todos y cada uno de nosotros. La tercera buen noticia es que sabemos y estamos descubriendo, mediante la evidencia científica, cómo cultivar y hacer cada crecer cada uno de los pilares de un vida buena.
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La investigación es concluyente las personas que viven una vida buena, son aquellas que:
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Una vez identificados los pilares de la vida buena sólo queda aplicar lo que sabemos acerca de cómo cultivar esos pilares. Algunas de las prácticas que te llevarán a vivir una vida buena son:
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La felicidad está al alcance de todos y cada uno de nosotros, o acaso, ¿te parece que estas prácticas de felicidad son algo que requiere de algún talento especial o de capacidades intelectuales o físicas especiales? ¿Consideras que hace falta disponer de un alto nivel económico para entregarte a una vida buena?
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Quizás el paisano del siglo XVIII no estaba muy equivocado cuando pensaba que no era tan difícil ser feliz, seguro que en su fuero interno tenía tan claro como los científicos del siglo XXI qué es lo que hace felices a las personas. ¿Te apuntas a ser feliz o vas a seguir buscando la felicidad en los lugares equivocados?
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DESATA TU POTENCIAL es una asociación sin ánimo de lucro y entidad de voluntariado creada y compuesta por un grupo de personas comprometidas con el desarrollo integral del potencial humano, especialmente de los jóvenes y adolescentes