Última sesión de una mediación familiar

Él no parece que vaya a soltar una palabra en toda la mañana. Hemos quedado para la última sesión de mediación. Desde la experiencia, sabemos mi co-mediadora y yo que si alargamos más las sesiones no serán productivas. El posicionamiento, a veces, resulta un poco molesto para ambos… y no hace más que alejar a los mediados en la búsqueda de una posible solución, a lo que les trajo a la mediación.

Hoy quedaba un fleco, un pequeño asunto en el cual nos quedamos encallados la última vez, hace una semana y dos días…. En el momento de acabar la anterior sesión les pedimos que hicieran “deberes”, que formularan opciones por separado para resolver ese pequeño fleco, que estudiaran salidas para el mismo… Hoy nos inquieta saber si habrán sido capaces… Si los mediados no son capaces de ahondar en sus diferencias e intentar ver distintas formas de resolver, acabamos tropezando en la misma piedra…. El hecho de que trabajen entre sesiones en esos puntos hace que vengan con otra actitud a la siguiente sesión. Es como decir “ mi trabajo está hecho, estoy poniendo de mi parte en esto”… Calma su conciencia y su talante es más proactivo.

nudos

Durante las sesiones han ido deshaciendo nudos, han ido sugiriendo distintas opciones para ir llegando a lo que eran acuerdos parciales, eso que el día de mañana les hará la vida más fácil y más llevadera. Ha sido unas veces difícil y otras veces menos complicado que surgiera un punto intermedio o no en el que estaban de acuerdo (un “aquí cedo yo”, porque realmente tampoco es tan descabellado) y fijarlo, como pequeño acuerdo … Uno de los muchos que se podían ir alcanzando… y que llegarían a sentar las bases del futuro de la relación.

Aunque hoy él estaba distinto, con la mirada huida, el rostro serio, su lenguaje corporal nos hablaba a gritos, nos indicaba que no parecía muy dispuesto a colaborar, y es que a veces ocurre que el mediado pide consejo a amigos, compañeros, familiares, y su predisposición anterior a seguir en mediación y solucionar su conflicto viene dinamitada por juicios ajenos y consejos no muy bien estructurados, ni con una base de realidad, al menos de “su realidad” y menos acorde con lo que se ha avanzado en las distintas sesiones de mediación.

Cuando te mueves en el mundo de las emociones y en el espacio de una mesa de diálogo, como gusta llamar al momento de la mediación, a veces debes indagar en el momento anímico del mediado, eso y la posibilidad de que estalle el conflicto si es mantenido y se sale de contexto, puede que entorpezca la mediación, y hasta puede hacerla fracasar.

Para no perderlo de la mesa, para obtener su atención, y que entrara a formar parte del elenco tiré de mi repertorio de recursos. Cada mediador tiene sus tácticas, sus formas y su saber hacer. La rapidez con que lo afrontes, en ocasiones es determinante, así que le pregunté directamente si se encontraba bien, y si quería tomar un café, apoyando ligeramente mi mano en su brazo… Algunas veces vuelven a la mesa, y otras veces no consigues nada… En este caso sí, sonrió, y quiso ponerse a trabajar de inmediato, el estar presente y plenamente consciente en el momento de llegar a un acuerdo final es muy importante para el proceso en sí, y para cerrar de forma voluntaria y convencidos la mediación.

acuerdos

Tampoco ella hoy estaba muy tranquila. El miedo a llegar al final, se apoderaba de ella constantemente a lo largo de la sesión, veía relativamente cerca el final del proceso y lo anhelaba y lo temía a partes iguales. En sus ojos aparecían unas tímidas lágrimas que velaban su voz y, al minuto, profería palabras en un tono de voz alto, que procuraban herirle a él … Llegué a llamar su atención varias veces y hasta le dije que no volviera a poner en la mesa palabras tan duras y que ayudaban muy poco a seguir adelante. Había momentos que mi compañera redactaba el acta final en el ordenador y yo estaba a solas con ellos en la mesa. Sus palabras alcanzaron una fuerza que, por sí sola, (y se podría decir, de forma incomprensible) ayudaron a llegar al final del acuerdo. Eso sí, debían ser canalizadas, recogidas y devueltas al proceso con sumo cuidado, porque si no las despojas de la carga emocional, los decibelios se colaban por encima de nuestras cabezas y nos impedían utilizar la razón, a ellos y a nosotras, las mediadoras.

La situación era como una bomba de relojería, en ella se mezclaban las lágrimas, los nervios, la calma, las miradas, el final de una vida en común, los niños, el futuro, la incertidumbre del mañana, la inestabilidad económica… Todo parecía flotar en ese momento, y saltaba a trompicones entre ellos y nosotras. Mi compañera levantaba la cabeza e intervenía en la medida de lo posible, dejando que yo llevara ese instante… Me siento cómoda con ella (con Estela). Es importante formar un buen equipo en nuestra actuación en el proceso, coordinando el mismo de forma consensuada. En esta ocasión, dio buen resultado. La “magia de la mediación” hizo el resto… se cerró el fleco. Un golpe en la mesa, un momento de silencio, unas palabras colocadas en el momento oportuno fueron el detonante de que el “sí de acuerdo, eso me parece bien”, precipitara el gran acuerdo final y decidieran firmar un buen acuerdo para poner fin a su vida en común.

Firmaron sí, las primeras hojas muy rápido y sin querer volver a leer lo escrito, las últimas con mano más certera, más calmada y decidida, hasta volviendo a repasar algún punto, por si no estaba claro. Las sonrisas de después, mirarse a los ojos sin rencor y ver que sí, que habían sido capaces de resolverlo, saber que la mesa de dialogo quedaba abierta para cada vez que lo necesitaran y que podían dialogar sin hacerse daño.

Ahí es cuando sientes que “la comunicación consigue lo que la incomunicación ha desquebrajado” y que la voluntad de poner una solución de mutuo acuerdo a su “problema” era prioritario. Han sido valientes y han podido levantar un puente sobre el pasado y las emociones contenidas durante tanto tiempo… para llegar un futuro por construir.

Podría decirse que me gusta ser mediadora… seguro.

Paz Robledo
Graduado social, Grado en Derecho y Experta en Mediación.

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