3 preguntas clave que te acercarán a conseguir tus objetivos

Estamos en esas fechas en las que nos solemos proponer hacer cosas. Pensamos en nuevas metas, nuevos objetivos, nuevos hábitos, nuevos propósitos. Vamos, que después del verano con el inicio de curso nos da por plantearnos ser “mejores personas”.  Sí, sí. Me refiero a aquello de hacer deporte, comer sano, aprender inglés, dejar de fumar…

Nos lo planteamos y ¿qué nos ocurre?.

Algo parecido a lo que leía el otro día en un post de una red social:

“Mañana pienso correr 7 kilómetros, como hoy, que también lo he pensado”.

Objetivos

Empezamos muy motivados con el objetivo pero, a la vuelta de la esquina está enero y vuelta a empezar y a pensar en
ser “mejores personas” otra vez.

No han pasado ni 4 meses y ¿qué ocurre? ¿Por qué no conseguimos ser constantes?

Responde con sinceridad y dime, ¿cuántas veces te has propuesto ya aprender inglés, ir al gimnasio, dejar de fumar, o alguna otra y aún no lo has conseguido?

Ya sé lo que estás pensando.  ¿Qué puedo hacer para conseguirlo? ¿Cuál es el secreto?

En esto yo diría que no hay secretos, si hay algo, es tenerlo claro y ¡a por ello!

¿Cómo?

Te facilito los pasos con tres preguntas que aprendí en coaching:

1.¿Qué quieres?

Has de tener claro qué quieres conseguir, si te compensa o no llevarlo a cabo y poner fecha de inicio y fin. Vamos por partes:

Definición del objetivo.

  • Por escrito.

El hecho de escribirlo le da fuerza.

  • Que cumpla los siguientes requisitos META (o en inglés SMART):
–          M edible.

–          E specífico.

–          T angible.

–          A lcanzable.

 

–          S pecific.

–          M easurable.

–          A ttainable.

–          R ealist.

–          T imely.

Una vez escrito revisa:

  • Está en positivo.

No podrá contener negación o palabras que indiquen lo que no quiero. Ejemplo: Evitar comer chocolate. No picar entre horas.

Esto es como si te digo: No pienses en un elefante rosa.

¡Ves! Ya apareció en tu cabeza. La mente no funciona en negativo. En positivo mejor.

Siguiendo con los ejemplos sería: Comer sano haciendo 5 comidas diarias de lunes a viernes según la dieta del nutricionista (comiendo arroz, pollo, ensaladas…) de aquí a finales de año para mantener el colesterol en los parámetros recomendados.

Escribe ¿qué quieres?

  • Es propio y depende de ti.

Redáctalo en primera persona del singular.

Yo quiero….

  • Es específico.

Que responda a las preguntas:

¿Quién? ¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Para qué?

  • Es desafiante.

Que te haga salir de tu zona de confort. Que suponga hacer cosas distintas. Que sea realmente un reto.

Y ahora,

  • Analiza qué ganas y a qué has de renunciar para conseguirlo.

¿Qué ganas? ¿Qué pierdes?

De esta forma veremos hacia donde se decanta la balanza, si bien hacia los beneficios y me compensa, o por el contrario a las pérdidas, inconvenientes, siendo mayor el esfuerzo a realizar que la recompensa de obtenerlo.

En este último caso tu motivación caerá y será difícil conseguirlo si no tienes un buen “para qué quieres hacerlo”.

Que te compensa, pues sigamos.

2.¿Qué te lo impide?

Identifica cuáles son tus saboteadores, barreras, obstáculos a la hora de conseguir tu objetivo. Quizá el miedo al qué dirán, miedo a fallar, miedo a perder lo que tienes, la pereza, la falta de fuerza de voluntad, el orgullo…

Haz una lista, reflexiona sobre ellas y plantea a continuación soluciones a cada uno de los impedimentos.

Vamos con la última pregunta:

3.¿Qué vas a hacer?

Aquí es donde has de indicar acciones. Enumerar cosas concretas que vas a hacer. Consiste en desarrollar los pasos que has de dar en el camino que te lleva a tu objetivo. Acciones específicas.

Y… sigue leyendo porque falta uno de los aspectos más importantes para conseguir hacerlo ya que

atendiendo a la Ley de Parkinson: “el trabajo se expande hasta llenar el tiempo disponible para que se termine”.

¿Qué nos falta pues? ¡Poner fecha!

Es muy importante fijar tiempos y plazos para que esas acciones no queden en la lista de “pendientes” y, sobre todo, que no perdamos la motivación. Marca una fecha de inicio y una fecha de fin. Y si la fecha de fin está muy lejos, divide el objetivo en pequeñas acciones para poder tener metas a corto, medio y largo plazo.

Con todo esto hemos conseguido tener un plan de acción individual.

Después de todo el trabajo, otro de los aspectos importantes a tener en cuenta es, el seguimiento de esas acciones.

El anotar que has hecho lo que dijiste que harías te permitirá tener presente en el día a día tu objetivo. El ver los progresos te mantendrá motivado a seguir caminando en línea a conseguir tu objetivo.

De esta forma, lograrás consolidar nuevos hábitos e ir cumpliendo plazos con las acciones propuestas.

Una vez hecho todo esto, la probabilidad de que consigas tu objetivo es mucho mayor.

No obstante, recuerda que la felicidad está en el camino.

 
 

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Verónica Carrascosa Pérez
Coach Ejecutivo en Coach and go
Verónica Carrascosa es coach ejecutivo certificada por ICF en la Escuela Europea de Coaching. Licenciada en Administración y Dirección de Empresas. Socia y voluntaria de Desata Tu Potencial.

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